En el ámbito de las empresas y de las organizaciones no existen fórmulas infalibles que garanticen el éxito, aunque sí ecuaciones que suelen dar muy buenos resultados. Una de las ecuaciones que facilitan el progreso en la actividad empresarial es la que hemos usado para titular este artículo: el talento multiplicado por la diversidad da como resultado el éxito.
 
Dentro del contexto de las empresas y organizaciones podríamos definir “talento” como la forma o formas diferenciales de abordar los procesos de trabajo y la toma de decisiones con el fin de afrontar retos, oportunidades y obstáculos. El talento empresarial es un medio que acelera la innovación, que, como sabemos, es una fuente fiable de progreso y de obtención de valor añadido. Por tanto, es lógico que las empresas y las organizaciones de todo tipo busquen ese talento diferencial que pueda propiciarles un salto de calidad.

Esta búsqueda, a la que también se ha llamado “la guerra del talento”, es un factor cada vez más atendido por las empresas que entienden que el talento no solo es una oportunidad para crecer, sino una necesidad para mantenerse a flote en un mundo tan competitivo. Una de las características que nutren de valor diferencial al talento profesional es su diversidad. En una sociedad global e interconectada, la oferta de talentos diversos es tan amplia que la mayor dificultad radica en saber detectarlos, atraerlos y retenerlos.

  • Para lograr descubrir y atraer talento diferencial es fundamental que las empresas y organizaciones sean capaces de amplificar, adaptar y diversificar sus métodos de búsqueda y los espacios en los que esta se produce. Esto implica que los equipos, departamentos o profesionales responsables de recursos humanos dispongan de conocimientos sobre diversidad y que estén dispuestos a imprimir a sus estrategias de búsqueda y selección un grado constante de innovación y adaptabilidad a los diferentes entornos culturales y a sus cambios. Esta parte de la ecuación nos dice que es necesaria una dosis importante de innovación en la búsqueda y en la captación de talento para conseguir innovación en los resultados.

 

  • En el siguiente nivel, el de la retención del talento incorporado a la actividad de la empresa, operan múltiples factores que están interconectados entre sí. Entre estos factores destaca el de las condiciones laborales que se pueden ofrecer a las personas con talento. No solo nos referimos a las condiciones salariales, sino también a aquellas que no comportan un valor monetario directo, entre las que cabría destacar: la existencia de una política de conciliación o de gestión del tiempo que permita compatibilizar las dimensiones privada y profesional, la disposición de protocolos antidiscriminación para favorecer un plano efectivo de igualdad de oportunidades de la plantilla, la accesibilidad a un nivel importante en la toma de decisiones a través de procesos equitativos de promoción interna, la existencia de un compromiso de la empresa con la sociedad que actúe como factor de atracción y retención de talento en un mundo cada vez más demandante de implicación empresarial, etc. Todo esto se relaciona estrechamente con la capacidad para generar espacios inclusivos de trabajo que se han de articular a partir de una cultura corporativa flexible y abierta, que facilite que las personas con talento puedan desarrollarse plenamente aportando sus saberes, ideas y habilidades diversas para ponerlos al servicio de la empresa con la que se identifican y en la que se sienten felices. Esta otra parte de la ecuación es inequívoca: a mayor grado de inclusión, mejores condiciones para el desarrollo de las capacidades diferenciales.

En conclusión, invertir en talento diverso es una decisión clave en el actual contexto empresarial. En la ecuación del éxito no puede faltar la variable del talento, que será más determinante cuanto mayor sea el exponente de diversidad al que la elevemos.

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